Le nublan la visión, lucha hasta la saciedad para que no rueden por sus mejillas, pero sin ningún éxito.
El no la abraza, ni siquiera la mira… y con esa actitud la hace sentir aún más avergonzada. Ella no puede evitar sentirse estúpida, insegura y sobretodo mal. El está herido, enojado, nervioso con el silencio… mientras mira por la ventanilla.
Ella habitualmente no se equivoca, siempre la autoexigencia, que la lleva a actuar correctamente y no permitirse cometer errores, aunque ella no está acostumbrada a no ser perfecta, se hunde en el barro del que no logra escapar y la culpa le derriba todo lo que es.
El le pregunta tres veces ¿Qué te pasa? Y ella no puede contestar. El desespera ante el “nada”. Y nuevamente pregunta.
Todo estalla. La batalla empieza, los heridos están sentados, latiendo la rabia en él y el sentimiento de culpa en ella. Un grito, dos, tres y vienen más. Llega la rara sensación de que son dos extraños tratando de salvar un orgullo.
Ella nuevamente le pide disculpas, le dice que lo siente mucho, que tiene la razón, pero que no insista más, que se siente muy mal. Entonces él dice: “Tema concluido”, pero ella no puede dejar de llorar, pero él tampoco la abraza.
No hay cariños o besos de reconciliación, hay un aire que los ahoga en el auto. Vuelven a conversar como si no se hubiesen discutido, pero con amargura, él le pregunta ¿crees que podré? Y ella le dice sonriendo, como siempre… con manchas negras de rimel por la cara “seguro que sí, claro que podrás”, él la mira y sonríe, ante la seguridad que ella le provoca, porque ella le da seguridad. Y entonces juntos miran el arañazo del auto… él le dice: es nada, que con un poco de cera se quita, y ella nuevamente tiene la sensación de que él la protege, de que no puede evitar volver a él.
Se marchan, cada uno para un lado. Ella le habría pedido un abrazo, un beso, una caricia tierna, cosas que él no habría dado de corazón, porque estaba dolido.
Un par de horas antes posaban para una foto, golpeando sus copas, sonriendo, mirándose, uniéndose en un abrazo, en un beso, en un silencio…
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